sábado, 3 de enero de 2015

ELLA....





Cada mañana se levanta en medio de la alborada, mira su espejo con sus ojos cansados, esos ojos que un día se llenaron de luz al mirarlo. Peina sus cabellos blancos, los trenza despacio, se pinta de rojo sus labios y sale a caminar.

Sonríe en medio de sus pasos, sus manos cansadas y torpes, empiezan a temblar. Ella va a un lugar donde él descansa, una tumba blanca y al borde de esta, se le ve rezar.

Hay promesas de amor que van más allá de simples contratos, ella lo llevará en su corazón hasta su sueño final. Le cuenta las penas y las alegrías de sus días, mientras le entrega una flor blanca de su jardín, entonces vuelve a sonreír.

Hace años cuando él vivía, ella lo esperaba tras la puerta y no necesitaban más que una rosa blanca que existía en su casa para ser feliz. Y esa rosa traía su aroma y su amor. Hoy no hay rosas en su mesa y en su corazón le cubre una tristeza que le muerde el alma, en medio de la soledad.

Por eso ella cada mañana sale a buscarlo, sabiendo que él allí la esperará, entonces en medio de un cielo llenito de estrellas, se iran las tristezas y las penas, volveran a reunir sus almas, regresará la felicidad.

Llega una edad en la vida que la razón pasa a un segundo sentido, le damos el poder al alma y guia los pasos donde llama el amor, las cosas triviales se olvidan, los nombres se cambian, no hay llave que cierre las lágrimas cuando se ama con el alma, con certeza y con verdad.

Ella regresa cansada a una casa vacía, mientras que él la espera en una tumba fría, pero el amor desafía la realidad, la vida, los mundos, el tiempo y la eternidad.

Cada mañana al despertar de la alborada, ella peinsa sus cabellos blancos, los trenza, se pinta los labios y se la ve pasar...

Copyright © By Ale Barajas 2015
Miradas del Alma

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