Es difícil regresar a esos sitios donde alguna vez
nos amamos. Retumban en el silencio de las paredes
nuestras risas, nuestros "te amo". Puedo ver en medio
de la oscuridad, tu sonrisa y de tus manos sentir tu calidez.
Me despierto a media noche persiguiendo la silueta
que dejaste junto a mi almohada, recuerdo tus palabras
de consuelo y de ternura para mí cuando me despertaba
asustada por cualquier situación.
Existía a tu lado y hoy. soy sólo una sombra de mí.
Pareciera que toda la alegría se ha ido contigo,
ya no tengo motivos porqué sonreír. Hoy por hoy
los caminos son más largos, más vacíos, más oscuros,
nada me hace querer seguir.
No puedo seguir luchando con mi alma. No puedo seguir
diciéndole que no te amé, porque lo hice y lo hago
como el primer día en que te descubrí en ese café.
Te mantienes vivo en mis recuerdos, en mi corazón,
con tu piel de luna, con tus ojos llenos de estrellas,
con ese ternura en tus palabras que acariciaban
mi alma y después de un día difícil le regresaban la paz.
Aún invento juegos donde terminaban en un abrazo
o un beso, pasa el tiempo y sigues en mi ser con la misma
luz, con toda tu alegría, con todo tu amor.
Hubo tantos sueños que no pudieron despertar y siguen
tan vivos dentro de mí, como si nunca te hubieses ido,
como si mi soledad pudiera abrazarse a tu recuerdo
y a esos lugares donde nos amamos alguna vez.
Quizás por eso me resulta difícil regresar a esos lugares
a nuestros lugares, donde el amor pintó paredes,
encendió estrellas, despertó sueños.
Ale Barajas
Noches de Soledad
71/72/17
