jueves, 27 de noviembre de 2014

LÁGRIMAS DE UN HOMBRE
























Torrente de aguas turbias sazonadas
empañan la claridad de los ojos
de un caballero que sin armaduras
ha quedado al escuchar ese no
por vez primera, aunque no era doncella
hizo ver estrellas a quien pagara
el precio que evitara aquel desprecio.

El lamento de un hombre enamorado
se transmuta en las lágrimas de niño,
el manantial cristalino que emerge
de los surcos de la mirada triste
de ese niño grande que se ha perdido
corriendo tras su pandorga caída
en territorio vecino es destino.

Caballero o gavilán de alas rotas,
las lágrimas siempre serán del hombre
que no ha podido comprar el juguete
exhibido en la vidriera vecina.


©Mabel Coronel Cuenca
Imagen tomada de la red

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