Los años que acarician mi mejilla con tus manos,
son huellas de felicidad que no se quitan,
son de aquellas que se leen en libros…
o que se desnudan por el tiempo contigo.
Ya que a tu vera los secretos son cartas,
de mi alma a tu alma, de mi boca a tu piel,
y entre tu piel y la mía… nada cabe.
Solo un rayo de luz que me une a ti para amarte.
Seguiré viendo la vida pasar, como pasa todo.
Y seguiré tomando tu mano como tomo tus besos,
cuando despierto, cuando duermo… cuando sueño.
Porque así es este amor que no duerme, solo sueña…
Los años no tendrán fin mientras a mi lado duermas.
Nada verá fin entre nuestras manos viajeras,
porque cuando yo muera, morirá mi cuerpo…
pero el amor que te tengo quedará en la tierra,
caminará por los valles del infinito,
y en las montañas dirá: siempre fui tuyo en esta vida.
Y en la próxima, te busco para vivirla.
Nuestro amor es de libros y de poemas,
es un verso que vivirá hasta convertirse en estrella.
Leonardo 16
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