Hay quien menosprecia la semilla
porque desconoce su valor.
Hay quienes sólo aman a la flor
por su perfume y su belleza
despreciándola cuando marchita.
Hay quienes aman a la flor
por sus raíces bendicendo su tierra
mientras existe.
Hay quienes aman la semilla,
bendicen la tierra y sus raíces
contemplando con asombro
el milagro de existir.
Todo está en el corazón,
que tímidamente se asoma en
cada una de las miradas.
Ale Barajas
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