sábado, 22 de agosto de 2015

AROMA DE CAFÉ





El aroma de café perfumaba mi habitación.
Eran las 20:30 y los perros ladraban allá afuera.
Una cama, una pluma y tu recuerdo en aquella taza.
Recordaba tu rostro, esos ojos penetrantes,
tus labios carnudos besándome la nuca.
Sentí tus manos deslizar bajo la sábana blanca
buscando trazar en mis curvas el mejor camino.

Eran las 20:35 y el café destilando calor,
sentía el sabor de tu boca, dulce néctar de los dioses.
Tu piel sudorosa, tu respirar profundo,
tus miradas gritándome sus deseos de poseerme.
Un sorbo de café, un suspiro, otro beso,
el candor de tu cuerpo encendiéndome.

Eran las 20:40 y tu susurro contándome sus secretos,
pecados inconfesables por amor cometidos.
Un sorbo más de café, y cerramos los ojos,
escuchábamos sólo la charla de nuestros corazones.

Abrí los ojos… eran las 20:45 y tú no estabas allí,
el café aún caliente, otro sorbo, una sonrisa en mí.
Viajé por un instante en nuestro mundo,
tú estabas allí y sólo tomé unos sorbos de café.


©Mabel Coronel Cuenca
Imagen tomada de la red

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