sábado, 22 de agosto de 2015

LA DELGADA LINEA





No sé por qué empecé a escribir esta carta.

Ni siquiera sé por qué sigo mandando cartas,

cuando apenas se venden sellos y todo llega

con un pequeño timbre al correo electrónico.

Supongo que me niego a pensar que llegue el día

en el que todo lo que conocemos haya cambiado,

el día que ya no exista nada que me recuerde al pasado.

Tengo facilidad para plasmar en un papel lo que siento,

en cambio en el cara a cara siempre salgo perdiendo.

Por eso te escribo, porque no quiero quedarme plasmada

delante tuya sin saber qué decir, porque no quiero

arrepentirme antes de tiempo, porque quiero tener

el valor de decirte lo que pienso.
No te reconozco, no sé qué es lo que queda en ti

de la persona que conocí. Te recordaba con seguridad,

orgullo y fuerza; en cambio ahora todo eso ha desaparecido

y sólo queda una silueta vacía.
Sólo quiero pedirte que empieces a quererte,

que vuelvas a confiar en ti, que dejes de engañarte

y mentir a los demás, que dejes de conformarte

con lo que tienes y luches por lo que realmente mereces.

Como fiel lectora, he leído y creído cada uno de tus cuentos,

pero ahora sólo veo letras y papel. Estoy cansada y,

egoístamente, voy a abandonar esta partida,

este absurdo diálogo del sí pero no.

Estaré aquí, como siempre he estado. La diferencia es

que ya no seré yo quien necesite de ti para sonreír.


Iris Rico

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por compartir este escrito. Es bonito saber que tus palabras llegan a la gente. Si quieres ver más ya sabes que tienes mi página en:
    https://www.facebook.com/ladelgadalineairdf
    o mi libro en:
    http://www.casadellibro.com/libro-la-delgada-linea/9788494370328/2525008

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar