lunes, 16 de junio de 2014

CUANDO...




Cuando él me hablaba, 

siempre mencionaba 
lo imperfecto que era 
para mí, sus pecas, 
sus canas, que era zurdo, 
que era alto, que movía 
mucho las manos, 
que casi no hablaba, 
que usaba lentes... 
y yo sonreía porque lo único 
que sabía es que era 
el hombre perfecto para mí, 
porque tenía un corazón 
enorme, una inmensa luz 
en sus ojos, un cabello 
con hilos de plata, unas manos 
llenas de ternura, unos brazos 
donde al abrigarme quedaba 
perfectamente a la altura 
de su corazón, una sonrisa 
envidiable, unos besos dulces 
y un alma llena de sacrificios 
y amor... Él es perfecto para mí.

Ale Barajas
Derechos Reservados 2014

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