jueves, 21 de julio de 2016

CANCIÓN PARA UNA MADRE






Miradla allí... tranquila, sonriente,
del mundo la maldad condena,
en ella, como es plácida colmena,
líbanse mieles de eterna fuente.

Mujer, sabia forjadora del presente,
con la luz de su saber no escaso,
conduce a sus hijos con seguro paso,
sobre las almas cae esa simiente.

Madre mía, ¿por qué esta amargura,
doblega al corazón en cruel dolor,
cuando descifrar quiero tu hermosura?

Tú que nunca un centavo de fulgor,
me negaste en los días de mi infancia,
no turban las penas tu constancia.

El Viajero Solitario

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