sábado, 2 de mayo de 2015

CADA NOCHE



Cada noche ella desataba las amarras 
de sus sueños 
y empezaba su viaje. Ese viaje que la llevaba al centro 
de su alma, de sus sueños, de sus más callados anhelos.

Se sentaba a la orilla del mar y contemplaba 
los colores del atardecer, esperaba el tiempo 
suficiente para ver, sólo para mirar cómo se colgaba 
la luna en medio del manto de la noche.

Alzaba sus manos al cielo, alto, muy alto, tratando 
de descolgar las estrellas, cerraba sus ojos y con el 
corazón iba tejiendo sus palabras de amor al viento 
como si él pudiera escucharlas al otro lado del mar.


Él miraba tras la ventana, sentía esa soledad 
que le 
calaba hasta los huesos, se hacía mil preguntas, 
una de ella era si alguna vez podría sentir el amor, 
no se había dado cuenta que ella lo esperaba, que él 
había aparecido en sus sueños, que él era su único anhelo.

Cuando se habla con el alma se acortan las distancias, 
dos seres que alguna vez amaron se volverán a encontrar. 
Quizás el viaje que hacía ella en su corazón era para recordar 
ese camino de estrellas que una vez encendió.

Cada noche, ella desataba las amarras de sus sueños 
y empezaba su viaje, ese viaje que lleva alma, donde 
se encuentra el amor, ese amor que desafía tiempos 
y distancias, que se cobija, que puede volar, que existe, 
que para comprenderlo se debe entender 
los latidos del corazón.

Copyright © By Ale Barajas 2015
Miradas del alma 11/120/15

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