martes, 24 de febrero de 2015

MUJER SABIA...



















Dicen que a cierta edad las mujeres 
nos hacemos 
invisibles, que nuestro protagonismo en la escena 
de la vida declina y que nos volvemos inexistentes 
para un mundo en el que sólo cabe el ímpetu de los 
años jóvenes.

Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo, 
es muy probable, pero nunca fui tan consciente 
de mi existencia, nunca me sentí tan protagonista 
de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento 
de mi existencia como ahora.
Descubrí que no soy una princesa de cuento de hadas, 
descubrí al ser humano que sencillamente soy, 
con sus miserias y sus grandezas.

Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser 
perfecta, de estar llena de defectos, de tener 
debilidades, de equivocarme, de hacer cosas indebidas, 
de no responder a las expectativas de los demás. 
Y a pesar de ello.... ¡quererme mucho!

Cuando me miro al espejo ya no busco a la que fui... 
sonrío a la que ahora soy.... Me alegro del camino 
andado, asumo mis contradicciones. Siento que debo 
saludar a la joven que fui con cariño, pero dejarla 
a un lado porque ahora me estorba. Su mundo de 
ilusiones y fantasía, ya no me interesa.

¡Qué bien vivir sin la obsesión de la perfección! 
¡Qué bien no sentir ese desasosiego permanente 
que produce correr tras los sueños!

Descubrí que puedo pasar tiempo conmigo y disfrutarlo, 
que no necesito de nada ni nadie para ser feliz. Que mi 
actitud ante la vida es lo que crea mi realidad, y que 
mientras más me doy sin esperar nada a cambio, 
mas recibo.

Autor desconocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario