martes, 17 de febrero de 2015

LIMITE






Paisaje de temblor: no son higueras


ni cerros enfilados los que trazo


en el cristal en polvo del espejo.



Yo sueño con un mar que todo obrizo



marea tras marea, llega ardiendo



al límite entornado de los ojos,



y un ave de amarillo -no el canario-,



su vértigo de millas reposando



encima de curiosos obeliscos.



Yo sueño, puesto el mar, con una esquina



pintada en sus orillas y el feliz



tropiezo que nos junte en dicho vértice.



Amado, te imaginas cuánto ocaso



vendrá a curar su frío en nuestra sangre.






Delfina Acosta

Imagen tomada de la red

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