Sólo me hablaba de ella;
en todo lo que ve,
la veía sólo a ella;
bebía los vientos por ella;
incluso me dijo que estaba
dispuesto a morir por ella...
Sus ojos se habían cegado
Sus ojos se habían cegado
porque el amor es ciego,
mas el que ama aunque no pueda ver,
confía; se mueve aunque
no sepa a donde, pero se arriesga;
el que ama extrae el coraje
de su propio amor y no teme nada.
Mi joven amigo se había enamorado;
Mi joven amigo se había enamorado;
se había embriagado con el elixir
del amor que exalta el alma de dicha
hasta la cumbre más alta.
Luego, le pregunté:
-Pero ¿quién es ella?
Y él me contestó:
-¡La Vida!
Meditación Motril
Luego, le pregunté:
-Pero ¿quién es ella?
Y él me contestó:
-¡La Vida!
Meditación Motril
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