sábado, 22 de octubre de 2016

EL ESPEJO




En ocasiones me siento frente a ti 
y sólo veo 
un enorme y resplandeciente espejo. 
Son esos momentos fugaces cuando 
mi objetividad se permite un fugaz 
espacio de certidumbre y cordura...

Como espejo cristalino, recibes la luz 
de mi amor desbordado; la canalizas 
y evades su impacto devolviéndola 
completa, y reflejando mi propio amor 
sobre mi ser que lo originó. Es cuando 
siento que me inundas de luz y calor.

Tú, que frente a mí te apagas, 
me dices 
que la tristeza que sientes es fruto 
de otear mi oscuridad e intuir 
el cataclismo de mis malos humores. 
 Me quedo atónito ante la revelación 
de que mis rayos son para ti, 
¡cumulo de eclipses expelidos!

Prefiero bordear la zona de lo irreal 
y pasear entre astros de tules, amarillas 
o bermejas claridades; recrearme en tu 
rostro de amante feliz y no sospechar 
que tu suave y solida superficie 
me regala mis propias alegrías y quimeras.

Porque te amo...

Derechos Reservados Héctor Gil De Lamadrid 
Orlando 2011. Prohibida la reproducción total 
o parcial, por cualquier medio, sin la autorización 
del autor. 7/05/2011

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