viernes, 5 de diciembre de 2014

MI ÚNICA DIRECCIÓN



¡Ay amor!
Creí que ya había sanado
la herida de saberte ajeno...
¡Pero te leo y una vez más
eres a mi sangre y mi utopía,
el más mortífero veneno!

¡Ay amor!
Quise ser la valiente, la fuerte
y muy orgullosa de no buscarte,
pero mi lánguida voluntad
se doblega y ni un segundo,
mi piel, cesa de desearte...

¡Ay amor!
Eres mi alarido incesante;
esa muerte que me da vida;
eres ese dolor tan necesario...
¡El punto donde me encuentro
y me siento tan perdida!

¡Ay amor!
¿Es que nunca vas a dejarme
echarte al olvido por siempre?
Explayas tus líneas perfectas
y consigues que tu semilla
de nuevo, en mí se siembre...

¡Ay amor!
Amor... ¡Tan ajeno, tan mío!
Tan dueño de toda mi pasión...
Dime tú ¿qué hago para que,
en mis cuatro puntos cardinales
no seas mi única dirección...?

Alibut Sarabia
Imagen de la red.

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