lunes, 6 de octubre de 2014

DE QUE NADA SE SABE







La luna ignora que es tranquila y clara


Y ni siquiera sabe que es la luna;

La arena, que es la arena. No habrá una

Cosa que sepa que su forma es rara.



Las piezas de marfil son tan ajenas

Al abstracto ajedrez como la mano

Que las rige. Quizá el destino humano

De breves dichas y de largas penas



Es instrumento de otro. Lo ignoramos;

Darle nombre de Dios no nos ayuda.

Vanos también son el temor, la duda



Y la trunca plegaria que iniciamos.

¿Qué arco habrá arrojado esta saeta

que soy? ¿Qué cumbre puede ser la meta?


Jorge Luis Borges.

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