miércoles, 15 de abril de 2015

NOCTURNO


























Solloza el cielo, creo que está sobre mi,

se ahoga la palidez de tu rostro,

lloran mis ojos

y la noche se vuelve más oscura.


Una voz se pierde,

el dolor de mis pasos se acentúa,

la luz ha sido robada,

romperé a pedazos mi alma desquebrajada.


Al despertar en mis heridas,

el fulgor de tu espíritu permanece

entre las rendijas nocturnas

de la dama de la noche.


Envuelta en sueños rasgados,

indiferente a la alegría que me huye,

te busco entre mis venas,

dejo de vivir, he muerto.


Cuando pronuncie tu nombre,

el deseo de tu calor volverá a mí,

una duda ártica, hielo en mi cuerpo,

el azar te trajo y el destino te alejó.


La esperanza se vuelve agonía,

la esperanza, esfumada entre la gente,

estos deseos ahora son venganza,

Un error merecido, yo lo busqué.


Y tu nombre persiste,

furtivo cazador, se digna a alcanzar

mí mísera desdicha, mi liberación,

con las primeras rosas de la juventud.


Marta Garcés

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