sábado, 21 de marzo de 2015

QUE NO TE TOQUE LA LUNA






Que no te toque la luna con sus negros guantes
sólo las espadas de oro entre los racimos de uva;
del melocotón hicieron tu piel y tus finos dedos,
y del barro los ojos y tu olor de la tierra mojada.

Desde Veracruz trenzaron las espigas de tu pelo,
tus pies se forjaron en la frontera de mis sueños,
frontera de piedra fundida:
Tu cintura que es la ladera de un volcán de trigo.

Tal vez no te has dado cuenta mexicana,
pero antes de que mi piel conociera a tus manos,
mi alma ya quiso a tu boca,

y supo mi corazón que te había encontrado.
Al cruzar la frontera comprendí que había llegado
al territorio de los volcanes, del amor y los besos.

Antonio Ávila Luque
(Todos los derechos reservados)
19/03/2015

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