Te extraño demasiado, no lo puedo negar...
¿Cómo conseguiste infestar cada fibra
de mi reloj, de mis pasos, de mi respirar?
Te extraño hasta en el momento no nato;
en las páginas que el viento ya se llevó,
y en el recuerdo con matices de ingrato...
Y pareces la necesidad más obstinada
que se me clava en la carne y en el alma,
siempre fija, como en la piedra, la espada...
Te extraño en mis lágrimas, en mi risa,
en mi ducha, en mis desvaríos, en mi café,
en mi cigarrillo, en mi ocio y en mi prisa...
Mis ansias se mecen desesperadamente
de cada uno de tus largos cabellos,
y de tu mirada nítida soy codependiente...
¿Cómo supiste obligarme a extrañarte?
No tiene caso negar este arraigo de ti,
que me lleva a vivir... sin poder exhalarte...
Alibut Sarabia
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