Es curioso cuando alguien
aparece en tu vida, de la nada,
y cuando menos lo esperas,
justo con la persona
con quien ni te imaginabas
hablar alguna vez,
inicia una hermosa historia
digna de contar, junto a ella
se aprecia al tiempo,
reconocemos su esencia,
la vida; a la vez comprendemos
lo propio acerca de la misma,
el amor, y comenzamos a vivir
un ambiente cálido de sonrisas,
gratos recuerdos y problemas
solventados con un único ideal,
común entre ambos, la felicidad.
Simplemente dejemos
que todo fluya como debe
y esperemos el momento propio
de nuestra cúspide existencial....
José C. Mendoza
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