sábado, 20 de septiembre de 2014

AQUELLA QUE TE AMÓ




Palomas de repente en mis mejillas.


Un sacudir de alas si regresas,

amante, a mi presencia y me perdonas

y arrancas de mi amor la sola queja.

Me juras por tus muertos, yo te juro

por Dios que a los demonios atormenta.

Y en brasas se convierten las palabras.

En pájaros sangrientos que pelean

por las migajas de las hostias últimas.

Ámame hombre en esta noche negra.

Mi historia es ésta: un lecho solitario,

un despertarme atada siempre a hiedras

y una almohada llena de tu rostro.

Mi vida toda es solo sueño, niebla.

Mas llegas y mi voz ya no es cautiva

y aquella que te amó se me asemeja.


Delfina Acosta

(DEL LIBRO "VERSOS DE AMOR Y LOCURA")

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