RUMORES

Ya no cultivo rosas en tus ojos,
ni juego con espumas en tu piel;
achicado el día se ha roto,
en nubes grotescas… del atardecer.

Llegan y se van las uñas del mar,
arañan la arena… no le dan paz.
En un rincón donde solo estoy yo,
tú permaneces… eres lo que soy.

Tengo tantos vacíos en mis brazos
que podría formar otro universo;
hay témpanos en mis huesos largos…
por caricias… mueren en el intento.

Aún… el alma delirante sueña,
busca tu mano en la roca helada,
prefiere creer que tu beso es de ella;
cierra sus ojos y… muere callada.

raúl ignacio Lario de Argentina.
D. Reservados