A veces sentimos
que nuestra actitud
con los demás puede
provocar frutos inmediatos y ya,
sin embargo no es así.
Las buenas actitudes,
los buenos actos,
el ser sinceros
en nuestros sentimientos
y transparentes
en lo que hacemos,
se vuelven bendiciones
que están en espera
de despertarse
de formas inimaginadas.
Caminemos siempre
con el corazón abierto
sin cerrar nuestras manos
por miedo. Sé que siempre
hay ángeles en nuestro camino
y a veces sin darnos cuenta
nos volvemos ángeles
de alguien más.
Ale Barajas
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