Si supieras lo que callan mis labios
para no ser imprudentes, para no sacudir el aire
con el grito de una garganta cargada de ganas
de decirte cosas, que mi cuerpo tiene encerrado
en mis ansias de recorrer tu cuerpo desnudo
sin que haya nada entre tu piel y la mía,
más que la noche y los gemidos que se escapan
cuando lleno de placeres nos quedamos abrazados
en un apasionado beso.
Héctor Jojot
Imagen tomada de la red.
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