En dónde es que murió la poesía,
no encuentro aún, el motivo de su ocaso,
tal vez ha fallecido, en ese abrazo,
que no entendió que el amor se diluía
No escucho ya en el viento melodía
que vibre con mis hojas y mi trazo
he de ser el culpable en mi fracaso,
cuando dejé escapar la musa mía.
Si diluye con lágrimas la esencia
demuestro con el llanto mi flaqueza,
en ningún lado encuentro mi conciencia.
La luna me acompaña, en la tristeza,
de ser lo que no soy, sin tu presencia,
simple mortal, sin alma y sin cabeza.
Aarón García
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