ERIAL
Esa habitación sin luces
brillaba con la de tu pelo.
El dulce sabor de tu piel
acariciaba las papilas
de mi lengua,
mientras mi cuerpo,
giraba sobre el tuyo,
carrusel mágico e inesperado,
en el erial de mi tierra,
falta de arado y simiente.
mabel escribano
d.r.
Imagen: E. Manet
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