Ella empezó a soltar sus demonios,
pero a la vez los míos se pusieron
en fila. Me jaló del brazo para poder
escucharla, y con una voz baja
y excitante me dijo al oído.
- Cuando lleguemos, quiero hacer el amor.
- ¿Hasta morir?
- Quiero que me arranques la ropa.
- Cuando lleguemos, quiero hacer el amor.
- ¿Hasta morir?
- Quiero que me arranques la ropa.
Y que sea lo que Dios quiera.
Yo la miré y le dije.
- No te olvides del diablo.
- ¡Olvidemos de él! Ya tenemos
Yo la miré y le dije.
- No te olvides del diablo.
- ¡Olvidemos de él! Ya tenemos
los demonios necesarios para
saciar nuestra sed. Que forma
más exquisita de despertar
mis demonios, solo ella podía hacerlo.
By.
Jhordan Nieto.
©En el ciclo del amor - Minutos de gloria.
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Jhordan Nieto.
©En el ciclo del amor - Minutos de gloria.
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