entre el jugador y el creador,
el creador te enseña un nuevo
idioma, a escapar a los límites
de tu pensamiento y ver cosas
que no sabías que estaban ahí.
Quizás el mejor... y más profundo
Sobre el mar, bajo las estrellas,
Sobre el mar, bajo las estrellas,
bailaban las griegas en él, llevaba
una en mi seudónimo, en el centro,
describiendo una alquimia diferente.
Esto era un abismo y había que saltarlo,
no se podía sortear. Las voces eran
intuiciones, nos susurraban, que ese,
era un lugar propicio para edificar,
construir, para recuperar el flujo enérgico,
ese que te roban por ahí.
Un día al pasar, sucede en sincro,
algo quizás inadvertido, descifrando
lo sublime de ese contenido. La ternura
se despliega, disfruto que esa versión
mía, sea, sin necesidad de reprimir.
Cuando es auténtica la energía,
la cinética abre una oleada
de condiciones propicias para que
recibas todo aquello que necesitabas
Cuán dulces pueden ser tus versos? Infinito
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