Nunca he estado aquí.
Nunca nada ha sido mío.
Ese ajedrez atormentado que me
aguarda jamás ha enfrentado
conmigo una partida.
Esas ciudades sumergidas en la niebla.
Esos libros amargos que aguardan
los secretos. Ese espejo
sin fondo donde permanecen
vivas todas las imágenes.
Todo este universo,
y los otros universos,
todo es ilusorio
y no me pertenece.
En esta ausencia pura que me cubre,
sólo tu cuerpo enamorado es existencia.
Victor Paz Otero
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