Furtivos, atrapados por las olas
miradas cómplices imborrables
sacuden lo prohibido
tu mano aferrada a la mía
me va llevando a tu río
ahí donde hicimos el amor
entre repliques de campanas.
Tú tan solo, tan olvidado
yo con ganas de hurtarte
hasta la última carcajada
esa sonrisa maravillosa
que me regalaste una mañana,
volviste a vivir
a amar
a sentir
a comprender que valía la pena
sucumbir en la húmeda arena
para amarnos hasta que el sol se escondiera...
Cielo Azul RJM
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