Cada movimiento inexacto
como una pregunta que
a obscuras flamea, cada duda
titubea como un amanecer
escondido detrás de cualquier
puerta. Saber que a nadie le importa
tal vez hace que siempre vuelva
en silencio la vergüenza,
que se inunde una vez más
el grito trepidante de toda inevitable
espera, que de pronto se hunda
nuevamente el tiempo en aquellas
manos que no hallaron más
que un eco por respuesta.
Marcos Vega Lee.
(Fragmento)
(Fragmento)
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