Desde mi espacio interior,
entre las grutas de mi intimidad
busco rescatar la paz en mi ser;
como parte de una totalidad
me acepto débil, vulnerable,
demandante, consentida.
Atravieso mis fortalezas:
guerrera enamorada de la vida;
comprometida, aguerrida, valiente.
Me pierdo en las estalactitas
de mi debilidad, respiro profundo,
abrazo a mi niña interior
pasando hielo por sus heridas,
me rindo ante mi misma.
Con todo el amor que puedo,
abro mis ojos a la realidad
asumiéndome mujer,
con todo lo que ello implica
retorno al camino otra vez...
Aurora Orozco.
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