me crecen arrugas en los pliegues de mis tiempos
a veces la angustia devora mis instantes y el alma
ya no tengo tolerancia ni las ganas de poder serlo
y me enternece el silencio que crea mis remansos
a veces asesino de palabra pero no me arrepiento
ya no tengo la puericia que murió en mis adentros
Me corté las venas del pretérito para desangrarme
suicidé cada una de mis lágrimas en el quebranto
y ahogué en un llanto ese vacío con sabor a mierda
me harté de las sonrisas fingidas y las mentiras viles
inmolé los mandatos y escupí sobre mis preceptos
y sucumbí a la pena… ahí donde sollozo imposibles
Ya no tengo la escritura del que comienza un verso
se volvió sangre la poesía… se tornó muerte la prosa
ya no tengo esa esperanza en mis ojos de niño bueno
se pudrió la garra… con que acaricio mis primaveras
ya no tengo la manera de sortear espinas sin herirme
a veces beso mi lápida para no condenar mis asesinos
Y ya no creo en un mañana… me lo hurtó este averno
Cadalso de metáforas anclando sentires de un muerto
Diego López
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