LÍNEAS QUE SE LLEVA EL VIENTO

Amor mío, tan mío, sólo mío...
Hoy te vi pasar y tuve el impulso de hablarte.
Te seguí entre el gentío; me acerqué demasiado,
hasta oler tu aroma; hasta escuchar tus latidos;
hasta casi rozar tu piel y ni siquiera sé si me viste...

Estaba ya decidida a hablarte, cuando de pronto 

apareció ella; vi cómo tus ojos brillaron y cómo 

le regalaste una amplia, tímida e insinuante sonrisa. 

Entonces comprendí que en tu vida,
soy la que está mucho más atrás del último lugar...
En un lugar que ni siquiera existe...
Me di cuenta de lo que soy para ti: Soy ni un segundo 

en tu tiempo; soy ni una sonrisa en tus labios; 

soy ni un latido en tu pecho; soy ni una sombra 

en tu senda... Soy el silencio; soy la oscuridad; soy 

la decepción; soy el abandono; soy el olvido, 

soy la noche donde devora la soledad más horrenda...
Y no tendré la osadía de cuestionar a la vida, 

por qué permitió en mi destino, que aquella primavera 

te cruzaras en mi camino, porque a fin de cuentas
yo soy la única responsable de que abril sea eterno, 

de que tú seas eterno... Yo soy la responsable 

de que te aparezcas en la muchedumbre;
en la próxima equina; en la luna; en cada ventana; 

en las olas; en el cielo y en el infierno...
Soy yo la única responsable de la ilusión que nace con el sol
y no muere con la luna, de que me recuerdes, 

de que me necesites, de que me ames, porque al amarte 

tanto, muchas veces no pienso, no razono ni discierno...
Tú puedes sentirte feliz, siempre tan tú, siempre 

tan inmortal, estés donde estés, estés con quien estés 

y yo me mantendré siempre del lado inexistente.
Seguiré en mi verdad; en mi farsa; y seguiré contigo fuera;
sin ti, en lo más profundo del alma; y seguiré andando igual,
siempre imperceptible para ti entre la gente...

Alibut Sarabia
Imagen de la red.

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