Esta mujer,decidida a amarme,
llamandome,el hombre de su vida,
aunque,me acariciaba tiernamente,
como a un niño en sus manos.
Fue perdonando mis fuegos de terquedad,
calmando el silencio con su mirada...
fue el perderme en sus bellos ojos
y que ya no me importe nada.
Cuando ella y yo,sonreíamos,
dabamos vueltas hasta encontrarnos,
frente a frente,en un baile eterno,
donde apretaba su cintura y la besaba...
Llevo su carta en mi bolsillo,
ya la leí mil veces o más...
me envuelve en sus palabras dulces,
salgo al nuevo día,respirando profundo.
Es cada día,el amarte un poco más
y cada día,es un poco de dolor...
al no tenerte como quisiera tenerte,
es así,la suerte de mi corazón.
Autor=Oren Ben Abraham
derechos reservados
DESTELLOS DE AMOR NO SE OLVIDAN
ISRAEL-6/01/2018
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