
Ya no pude pensar...
Nos miré quietos, a los dos;
uno al lado del otro
tendidos en una ausencia
sin carne y sin voz...
Siempre juntos tú y yo.
Tú, engulles apatía;
yo, roigo las ganas asesinas
de hacerte el amor
hasta ver el nuevo día...
Tan juntos, tan distantes;
cobijándonos con el orgullo.
¡Qué cruel irracionalidad,
si eres solamente mía
y yo soy tuyo, tuyo, tuyo!
La piel húmeda, exige
y el alma famélica, espera...
¿Qué estamos esperando?
Te amo con mi vida,
pero la vida, amor, es quimera...
Alibut Sarabia
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