domingo, 30 de abril de 2017
EL SENDERO
El sendero a su casa era estrecho,
a veces el sol entraba sus dedos;
flores azules entre los helechos,
me apabullaban con miles de sueños.
Ella tenía diez luces de cielos,
los girasoles buscaban sus ojos;
yo, apenas once años sin miedos,
cruzaba bosques llenos de abrojos.
Sus padres supieron… no me aceptaron,
no tenía fortuna… no era querido;
pero mis pájaros siempre cantaron.
Seguí viéndola… solo, escondido,
donde el amor, el destino bordaron;
hoy supe qué, hasta hoy me ha querido.
Del libro: “El cuaderno deshojado”
raúl ignacio Lario de Argentina.
D. Reservados
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