sábado, 22 de abril de 2017
CORDURA
Ya no estás, primavera, tan triunfante:
deja al verano iluminar el cielo
y lleva tus celajes, tus auroras,
adonde no haya sol y falten besos.
Yo también, en mi vida ilusionada,
diré adiós al enjambre de deseos
que a un ya maduro corazón envuelven
en su revuelo de enervantes pétalos.
Dejemos que otro sol y otros azules
formen distintos cielos.
Tú, primavera, vete; y tú, locura
tardía de mis años, apaga ya tus fuegos:
Hora de abrir ventanas al poniente
y de orientar el alma a otros luceros.
Hugo Rodríguez-Alcalá
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