Sé que nunca esperaste nada de mí,
pero me gustaba creer que sí…
Me gustaba creerme necesitada
cuando en realidad no era nada.
Nada… nada esperes ya de mí
porque ya no podré darte nada.
Soy bruma que el viento arrastró
y que el sol, al amanecer, evaporó;
para mí ya no hay alborada…
Soy noche sin fin;
soy sopor que no despertó.
Soy lo que no reclamas;
lo que el viento se llevó.
Soy lluvia a destiempo;
soy noticia tardía.
Ya deseché la única esperanza
con la que me mantenía
y eché en el cesto de basura
aquella frase de Scarlett
que era el lema al que me asía:
“Después de todo,
mañana será un nuevo día”
porque Scarlett no llevaba
sobre la espalda y el alma
el peso abrumador
de una pena como la mía…
Alibut Sarabia
Imagen de la red.
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