Aún conservo la mirada de fuego, el sabor
del verano, el abrigo marginal del invierno...
Aún tengo reparos para besarte, aún siento
la timidez y el miedo de amarte...
Aún palpito por dentro como corriente marina
con sus oleajes y movimientos...
Aún deseo, aún sueño y me invento una piel nueva,
mientras me recorre una cálida luz serena...
Aún en tu abrazo encuentro la paz
que borra cualquier maldad.
Aún en tu corazón respira mi emoción,
acompañándote con latidos que se elevan
hacia la cima, como aves rapaces de vuelos
tan altos que a mi alma producen intensos arrebatos.
Aún añoro esa cita que sé que volverá, esa cita
con la vida, que hoy la llenará la gloriosa esperanza
de sentir que hay muy dentro de mi ser hoy y siempre,
esa inmensa paz que la trasciende, que la contiene,
que la hace perdurar más allá de la muerte.
Aún amo la libertad de amar.
(Raquel Norma Smerkin Roitman)
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