
Las flores llaman a la educación.
Yo te celebro vida porque has dado
una ocasión de estrella a mis años.
Me confabulo con los astros. Miro
el árbol de ciprés crecer estoico
y yo también me añado a su estatura.
Aún no es tiempo de morir y el viento
desordena mi falda y mis cabellos.
Me sé un nuevo verso y cometo
las faltas que los dioses no perdonan
porque el amor tocó al fin mi frente.
Yo te alabo buen hombre pues tus fuerzas
superan a las mías en el lecho.
Contigo iría hasta el hondón del bosque
para que tuya me hagas. Las lechuzas
nos mirarán y luego chistarán.
Delfina Acosta
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