
Cuando él me hablaba,
siempre mencionaba
lo imperfecto que era
para mí, sus pecas,
sus canas, que era zurdo,
que era alto, que movía
mucho las manos,
que casi no hablaba,
que usaba lentes...
y yo sonreía porque lo único
que sabía es que era
el hombre perfecto para mí,
porque tenía un corazón
enorme, una inmensa luz
en sus ojos, un cabello
con hilos de plata, unas manos
llenas de ternura, unos brazos
donde al abrigarme quedaba
perfectamente a la altura
de su corazón, una sonrisa
envidiable, unos besos dulces
y un alma llena de sacrificios
y amor... Él es perfecto para mí.
Ale Barajas
Derechos Reservados 2014
Ale Barajas
Derechos Reservados 2014
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