sábado, 8 de septiembre de 2012

EL PODER DE LA PALABRA...!

 

Las palabras no las lleva el viento, las palabras 
dejan huella, tienen poder e influyen positiva 
o negativamente ...

Las palabras curan o hieren a una persona.

Por eso mismo, los griegos decían que la palabra 
era divina y los filósofos elogiaban el silencio.

Piensa en esto y cuida tus pensamientos, porque 
ellos se convierten en palabras, y cuida tus palabras, 
porque ellas marcan tu destino.

Piensa muy bien antes de hablar, cálmate cuando 
estés airado o resentido y habla sólo cuando 
estés en paz.

De las palabras depende, muchas veces, la felicidad 
o la desgracia, la paz o la guerra.

Una cometa se puede recoger después de echarla 
a volar, pero las palabras jamás se podrán recoger 
una vez que han salido de nuestra boca.

Las palabras tienen mucha fuerza, con ellas podemos 
destruir lo que hemos tardado tanto tiempo en construir.

Cuantas veces una palabra fuera de lugar es capaz 
de arruinar algo por lo que hemos luchado, cuantas veces 
una palabra de aliento tiene el poder de regenerarnos 
y darnos paz.

Las palabras insultantes o despectivas nunca han creado 
algo edificante. Con el uso de expresiones agresivas, 
lastimamos a las personas provocando heridas creando 
resentimientos y dolor, que se volverán a nosotros, …

-La verdad puede compararse con una piedra preciosa. 
Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, 
pero si la envolvemos en un delicado papel y la ofrecemos 
con ternura ciertamente será aceptada con agrado.

Las palabras son la manifestación de nuestro mundo interior, 
al cuidar de nuestro lenguaje purificamos nuestro mundo interior.

Muchas enfermedades son únicamente el producto de nuestros
pensamientos desequilibrados. La violencia, las mentiras, 
el resentimiento y tantas otras cosas existen y conviven 
con nosotros en este mundo

Ante ello tenemos que cultivar cualidades de amor, verdad 
y gratitud, creando un sólido mundo interior en donde la bondad 
y la verdad brillen; para luego extender este mundo interior 
a las personas de nuestro alrededor.

Una palabra amable: puede suavizar las cosas.

Una palabra alegre: puede iluminar el día.

Una palabra oportuna: puede aliviar la carga.

Una palabra de amor: puede curar y dar felicidad.

Una palabra irresponsable: puede encender discordias.

Una palabra cruel: puede arruinar una vida.

Una palabra de resentimiento: puede causar odio

Una palabra brutal: puede herir o matar.

¡Las palabras son vivas!

¡Bendicen o maldicen,

Alientan o abaten,

Salvan o condenan!

Si todas nuestras palabras son amables, 
los ecos que escucharemos también lo serán.”

De ti depende si las usas para bien o para mal, 
tanto para ti como para los demás.

Cuida tus palabras ellas tienen poder

Habla de tal manera que en tu alma 
y en la de los demás quede la Paz.

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