En un ranchito muy humilde
Que era casi una tapera
Vivía doña Justina
Afamada curandera
Siempre había gente en su rancho
Tenía mucha clientela
Ella lo curaba todo
Con bichos y hierbas buenas
Empacho y ojeadura
Los nervios la culebrilla
Y hasta te sabía curar
Si tenías mal de amores
Cobraba lo que le daban
En dinero o mercadería
Azúcar yerba fideos
Y hasta algunas gallinas
Siempre vivió solita
No se le conoció marido
Solo tenía un lorito
Que era su mejor amigo
Y un perro que tan viejo estaba
Que ni siquiera ladraba
Le gustaba mucho el asado
Y si alguien la invitaba
Nunca decía que no
Y hasta un vinito tomaba
Eso sí muy servicial
Ya sea de noche o de día
Cuando alguien la necesitaba
Ella presurosa corría
Para curar un golpeado
Ayudar a un moribundo
Y muchas veces le tocó
Traer un niño a este mundo
Hoy del ranchito no hay nada
Los yuyos lo han tapado
Pero de doña Justina, la curandera
El pueblo no se ha olvidado
autor :PABLO ALBERTO NÚÑEZ
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