Tiempo de revolver los doce meses anteriores,
de darse cuenta cómo cambia todo en un año,
como quien era alguien importante se convierte
en un extraño, como alguien que era un desconocido
puede ser tan especial ahora. Tiempo de echar
de menos, de darse cuenta que nada es igual.
Tiempo de aceptar que las cosas no son como
planeamos, pero quizás porque no somos
la misma persona que las planeó. Tiempo de luces,
de brillos, en la calle, en las sombras, en una mesa,
en unos ojos que brillan. Luz al fin y al cabo.
Tiempo de radiar. Tiempo de dar las gracias.
Tiempo de nuevos propósitos. No de dejar de fumar,
apuntarse al gimnasio, perder 4 kilos, correr
un maratón, cambiar de trabajo, preparar
las oposiciones, ahorrar o aprender un idioma.
Todos sabemos que durarán tan sólo unos días
en el calendario. Es tiempo de otros propósitos.
Proponte quererte. Sonreír más. Enamorarte.
Leer. Viajar. Perdonar y pedir perdón. Escuchar.
Divertirte. Soñar. Mimarte. Llamar a esa persona.
Enviar ese mensaje. Escribir ese correo. Reír. Bailar.
Agradecer. Aprender. Sorprender. Hacer que las cosas
pasen. Es tiempo de proponerse ser la mejor versión
de uno mismo. De ser feliz. Y el tiempo es simplemente,
siempre, pero sobretodo... Ahora!
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