Eran esos días...
Era el amor en pleno vuelo
y tú lleno de vida
parecías vertiente
dándome vida.
Era la pasión y el beso
una danza inacabada.
Era todo color y primavera.
Eras tú el todo...
en cada amanecer
de las mañanas.
Y no había dolor
ni llanto, ni enojos.
Era todo alegría,
juegos, risas.
Heridas del pasado no dolían
Sólo contaba tu voz
tus manos cálidas
el diálogo sincero,
las noches eternas.
Era... un mundo de dos
a la medida.
Nélida Ruiz- San Juan- Argentina.
(Derechos de Autor)
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