Caminaban cobijados por las sombras
en la quieta madrugada mientras la mayoría dormía,
dos sombras se cruzaban raudas y osadas
se guardaban de los destellos de escarcha.
Se encontraban con los cuerpos encendidos
las pulsaciones retumbando en sus oídos,
se prodigaban una orquesta de caricias
con sus miradas perdidas en delirios
como en estado febril percibían sus latidos.
Enredados con la luna escarchada
se amaban sin pensar en un final
como se aman los condenados insaciables
expuestos y vulnerables a plena voluntad.
Cómplices bajo el manto de la noche
enaltecían el amor con sus tormentosos anhelos,
gemidos callados con besos fieros
estremecimientos de cuerpos al rozar piel con piel
estampados con suspiros del vaho de su ardiente aliento.
Con los últimos vestigios de luces deslumbrantes
convertidas en derroche las caricias en erupción,
hicieron el amor al amor
entre sombras y luna fueron uno de dos.
Rosalina Santos.
Derechos Reservados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario