¿CUÁNDO MUERE UN POETA?

Un poeta, aunque tenga el alma en pena
escribirá poesías sobre sus tribulaciones,
dirá cuan dolorosa es la herida
de las palabras de desprecio proferidas
cuando de su amor en tono burlesco
rían a coro los más burgueses,
por tener el pobre poeta su pluma vieja,
los dedos callosos y manchados con tinta.

Un poeta en su lecho, aunque moribundo
exhalará poesía, aunque sea en un quejido
buscando ser escuchado por el Creador,
pidiendo benevolencia aunque no merezca,
no queriendo jamás padecer más infierno
que el suyo propio por dejar de escribir
poesía ya habiéndose agotado el tintero
y aún quedando tanto en su corazón de poeta.

Un poeta aún en su tumba es escuchado,
declama poesía vida tras vida,
al abuelo, al hijo, al nieto y hasta el bisnieto…
naciendo un poco de nuevo cada vez
que un lector lo tome y lo acaricie
a través del producto de sus plumas.
¿Y es acaso el poeta extraterrestre
ya que aún sepultado sigue intensamente vivo?

¿Es acaso un ser inmortal el poeta de dedos
callosos y manchados con tinta?
¿Cuándo muere un poeta señores,
si es que acaso algún día muere?

El poeta tan solo muere cuando sin culpa
perece en el baúl del olvido de los lectores.
Más revive cual ave fénix cada vez que los vientos
permiten que un alma noble vuelva recorrer
por sus líneas ya escritas, respirando de nuevo
por los poros de sus versos, esos que quedan como eco.

©Mabel Coronel Cuenca

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Imagen tomada de la red