"Algunos días, me pesaba tanto
la luz de la mañana, que solo
deseaba quedarme en la cama
para que tú me vendaras los ojos.
Algunas noches, si miraba al cielo,
la luna se ahogaba en mi garganta
y apenas podía respirar de cuánto
dolías. Pero jamás te supliqué
que vinieras a hacerme feliz,
por no regalarte ese poder.
Y cada sol que no me has amado,
te he extrañado menos,
me he querido más. Y al perderte,
me he encontrado".
Irela Perea
Irela Perea
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