
Es tan fácil dejar de luchar cuando todo parece que va en contra nuestra. Cuando nuestros pasos se detienen ante la adversidad, cuando no se razona
porque el corazón nos gobierna.
Es tan fácil dejar nuestros anhelos a un lado por seguir reglas de alguien a quien sí le funciono. Ahogar nuestros sueños en baldes de agua fría, cerrar por completo nuestro corazón.
Una sola esperanza es suficiente para avivar la llama de lo que en verdad amamos, para restaurar esos sueños olvidados, para sacudirnos los pies y volver a empezar.
Dios escucha nuestras oraciones, cuando se habla con el corazón abierto. A mí, me escuchó. Ahora puedo estar en las tardes charlando contigo, sosteniendo
tu cabeza sobre mi corazón, arrullándote con mis latidos.
Eres un ser que pone ejemplo en mi vida. Lloré contigo y hoy la felicidad es compartida. No sabía lo importante que era para ti, desconocía todo el poder que tiene el amor.
Ese amor que es de entrega y no de posesión. Amor que se celebra desde que los rayos del sol despiertan hasta que se pone en lo más alto la luna, amor del corazón.
Nos encontramos con el alma destrozada, a medias de lo que sería un ser humano. Aprendimos a curarnos las heridas y al juntar nuestras manos, a darnos valor. Luchamos con una sonrisa en nuestros labios, con una luz
infinita en nuestro corazón, pidiendo uno por el otro cada noche, en una oración.
Era tan fácil dejar de luchar cuando todo va en nuestra contra, pero el amor no se rinde, nunca se rinde y en nuestro caso, no se rindió.
Ale Barajas
Es tan fácil dejar nuestros anhelos a un lado por seguir reglas de alguien a quien sí le funciono. Ahogar nuestros sueños en baldes de agua fría, cerrar por completo nuestro corazón.
Una sola esperanza es suficiente para avivar la llama de lo que en verdad amamos, para restaurar esos sueños olvidados, para sacudirnos los pies y volver a empezar.
Dios escucha nuestras oraciones, cuando se habla con el corazón abierto. A mí, me escuchó. Ahora puedo estar en las tardes charlando contigo, sosteniendo
tu cabeza sobre mi corazón, arrullándote con mis latidos.
Eres un ser que pone ejemplo en mi vida. Lloré contigo y hoy la felicidad es compartida. No sabía lo importante que era para ti, desconocía todo el poder que tiene el amor.
Ese amor que es de entrega y no de posesión. Amor que se celebra desde que los rayos del sol despiertan hasta que se pone en lo más alto la luna, amor del corazón.
Nos encontramos con el alma destrozada, a medias de lo que sería un ser humano. Aprendimos a curarnos las heridas y al juntar nuestras manos, a darnos valor. Luchamos con una sonrisa en nuestros labios, con una luz
infinita en nuestro corazón, pidiendo uno por el otro cada noche, en una oración.
Era tan fácil dejar de luchar cuando todo va en nuestra contra, pero el amor no se rinde, nunca se rinde y en nuestro caso, no se rindió.
Ale Barajas
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